El camino del Inca // Inca´sTraking

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El treking mas famoso del Mundo

El Peru es en América del Sur,indiscutiblemente uno de los centros más importantes de las antiguas civilizaciones. El Imperio Inca, constituye una de las culturas más destacadas de entre las que alcanzaron un alto desarrollo y florecieron antes de la llegada de los europeos. Sus ruinas han fascinado en todos los tiempos tanto a arqueólogos como a los turistas de todo el mundo.
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Los Incas fueron los hijos del Sol. Manco Cápac pierde una gran parte de su aureola de héroe civilizador y toma el aspecto no de semidiós sino de un simple mortal que pretendía ser Hijo del Sol para establecer su superioridad en los pueblos ignorantes” . Julio Tello y Simone Waisbard, quienes aseveran: “Manco Cápac debe ser descendiente de una tribu de indios turbulentos que abandonaron el Infierno Verde (El Amazonas), para escalar las Cordilleras hasta la alta meseta del Titicaca”
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El término “Inca” constituía un título, nobiliario, o una investidura, pero no una raza o un pueblo. Varios registros, permiten afirmar que el centro del imperio era “Qosco” que después de la presencia de los españoles tomó el nombre de “Cuzco” . Esta ciudad representaba la capital administrativa. Los caminos que unían las cuatro regiones o “suyos” , se iniciaban en la plaza principal, y la tierra de cada región se mezclaba a modo de ritual con la tierra de Qosco.




Los cuatros “suyos” eran: “Chichaisuyo” , integrado por el norte de Perú y Ecuador; “Collasuyo” que abarcaba el Lago Titicaca, Bolivia, Chile y parte de Argentina; “Antisuyo” , formado por la Amazonia oriental; “Contisuyo” , región oeste de Cusco.




La agricultura era el cimiento del Imperio. Todos se involucraban en el trabajo de la tierra, hasta el emperador , que al inicio de la siembra, araba de manera simbólica con un arado de oro. La gran producción agrícola permitió a los miembros del imperio, orientar el trabajo hacia varias obras, como la creación de caminos que se conservan hasta hoy, de los que se destaca el “Camino del Inca” y la construcción de complejas edificaciones con grandes bloques de piedra. Las ruinas de Machu Picchu, permiten tomar conciencia del poderío de este imperio.


Camino del Inca

El Camino del Inca descubierto por Hiram Bingham en 1915 (4 años después del descubrimiento de Machu Picchu) es, sin lugar a dudas, el más popular de los circuitos que existen en América del Sur.



Este sendero de más de 400 años de historia cuenta con distintos accesos: el del Km. 82 (a 5 km. De Chillca), al cual se puede llegar en tren o en bus, el del Km. 88, en Qorihayrachina, al cual se arriba en tren, o bien el del Km. 104 en Calchabamba, al que se llega en tren. Este último acceso permite acortar el trayecto de 4 a 2 días, ofreciendo un numero inferior de ruinas a la vista del caminante. Varios historiadores coinciden en que el Camino del Inca era el único acceso a la ciudad sagrada de Machu Picchu, en tiempos del imperio Tahuantisuyo. Se asegura que son 45 kilómetros los que separan al Km. 82 de la ciudadela de Machu Picchu, no obstante algunos aun afirman que son menos de 40 los kilómetros.


A lo largo de la caminata, se transita por una gran variedad de terrenos, dignos escenarios de las más fantásticas películas de aventura.




El sendero está custodiado por funcionarios del “Instituto Nacional de Cultura” que siguen estrictamente los lineamientos de la “Guía de servicios 2001″ aprobada en la Resolución Dictatorial Nacional Nº 079, el 30 de enero de 2001, la que establece entre otros puntos:


Máximo de 15 kgs. por porteador (personas contratadas para llevar la carga).
Prohibido el ingreso sin guía.
Caminando entre algunas lagunas y con los nevados como escenografía, a las 2 hrs. (4 km.) estaremos en las bellísimas ruinas de “Sayacmarca” (3.580 msnm.). Luego de otras 2 hrs. más de caminata (4 km.), llegamos a la Ciudad de la Nubes, “Puyupatamarca” (3.640 msnm), después de haber visto por primera vez desde las alturas, el poblado de Aguas Calientes, destino final de nuestra aventura.




En los restantes 7 km. descenderemos durante 3 hrs. a los 2.650 msnm. llegando a las ruinas de “Wiñaywaina” . Allí pasaremos la última noche en nuestras carpas, cerca de un refugio reconfortante, donde podemos comprar cualquier comida, bebida e inclusive bailar.
Primer día: Km. 82 – Wayllabamba



La travesía se inicia entre la 10 y la 11 de la mañana, desde el Km. 82. (2.750 msnm). Dos horas después, siempre caminando a las orillas del Río Urubamba, a 5 km. aparece la primer ruina denominada “Llactapata” (2.650 msnm) aquí es el momento en que muchos de los guías introducen al caminante al mundo del “Tahuantinsuyo”.




Los próximos 7 km, son los que completan la actividad del primer día, allí se asciende algunos metros para llegar 4 horas y media después a Wayllabamba (3.000 msnm). Lugar donde los porteadores nos esperan con la merienda lista, (te de coca, café o cacao) y las carpas armadas. Antes de ir a dormir llegará el momento de la cena y de la mística sobremesa, matizada con historias narradas por el guía.
Segundo día: Wayllabamba – Pacaymayu


Esta jornada es la más difícil, nos espera el paso de Warmiwañuscca a 4.200 msnm. A este punto se llega luego caminar 9 km. (5,30 hrs.). En época de lluvias este tramo es complicado debido a que es muy difícil mantener la temperatura de nuestro cuerpo, ya sea por la lluvia o por el exceso de sudor, producto de un intenso esfuerzo.


Descendiendo 3 km. (2 hrs.) estaremos en el refugio de Pacaymayu, en este lugar las noches suelen ser muy frías, no obstante un buen saco de dormir puede permitirnos tener un buen descanso.
Tercer día: Pacaymayu – Wiñaywaina

Para este día debemos tener por lo menos un rollo fotográfico disponible. Nos espera a 500 mts. del inicio y en un ascenso pronunciado, la ruina de “Runkuraqay” , donde haremos un alto, para oir al guía.

Caminando entre algunas lagunas y con los nevados como escenografía, a las 2 hrs. (4 km.) estaremos en las bellísimas ruinas de “Sayacmarca” (3.580 msnm.). Luego de otras 2 hrs. más de caminata (4 km.), llegamos a la Ciudad de la Nubes, “Puyupatamarca” (3.640 msnm), después de haber visto por primera vez desde las alturas, el poblado de Aguas Calientes, destino final de nuestra aventura.

En los restantes 7 km. descenderemos durante 3 hrs. a los 2.650 msnm. llegando a las ruinas de “Wiñaywaina” . Allí pasaremos la última noche en nuestras carpas, cerca de un refugio reconfortante, donde podemos comprar cualquier comida, bebida e inclusive bailar.
Cuarto día: Wiñaywaina – Machu Picchu




En este último día, el esfuerzo será menor, solo tendremos que caminar 2 hs. (6 km.) para arribar a la Ciudad Sagrada de “Machu Picchu” . En este día, la excursión se inicia más temprano, alrededor de la hora 5,30, a fin de llegar no más tarde de la hora 7 a la Puerta del Sol, el lugar más impactante del viaje. Nos detendremos unos minutos y será difícil quitarnos el encanto que nos provoca llevar la imagen de la legendaria Ciudad Oculta a nuestras retinas. De allí se desciende un poco más y llegamos a la ciudad antes de la hora 8.
Machu Picchu


Cuando el grupo de Hiram Bingham descubrió Machu Picchu (Montaña vieja), en julio de 1911, buscaban en realidad las ruinas de Vilcabamba, último refugio de los Incas. Bingham no imaginó que eran dos, las ciudades perdidas en la selva. Cuando se hizo evidente que las ruinas de Machu Picchu no correspondían a Vilcabamba, nació el enigma sobre este lugar.

Los españoles nunca se enteraron de la existencia de esta ciudad, por lo que, probablemente, los indígenas de esa época tampoco la conocían. La mayoría de los guías afirman que esta región fue despoblada y abandonada antes de la llegada de los conquistadores quizás por alguna enfermedad. También conjeturan en torno a enfrentamientos con otras tribus. Sin embargo, se desconoce la razón de su olvido.

John Hemming, manifiesta que el lugar tiene solo 200 viviendas, por lo que la población debió haber sido de unos 1.000 habitantes. La gran cantidad de terrazas para el cultivo en toda la región, permite establecer que la producción agraria sobrepasaba ampliamente la demanda de los pobladores. Muchos arqueólogos proponen que la función de la ciudad, era suministrar hojas de coca para los sacerdotes y la realeza.



Bingham insistió con su teoría del refugio. El hallazgo de un 75 por ciento de esqueletos femeninos sugería que la ciudad podría haber sido un refugio para las Vírgenes del Sol de Cusco, versión adoptada por la mayoría de los guías. Esta hipótesis se basa solo en las calaveras desenterradas y es muy difícil identificar el sexo de un subgrupo humano a partir de los huesos de la cabeza, por ello algunos arqueólogos descartan esta teoría.

Las clasificaciones y denominaciones de Bingham parecen demasiado aventuradas para los arqueólogos modernos y otras, demasiado arbitrarias basadas en evidencias escasas. No obstante todos los guías, con el propósito de orientarse, se refieren a los nombres de Bingham, los cuales aun son aceptados.

Se entra a la ciudad por la Casa de los Cuidadores de las Terrazas, que marca el ingreso al Sector Agrícola. Las terrazas acaban en el Foso Seco, tras el cual se encuentra la ciudad propiamente dicha. Si se sigue en línea recta, se llega al final a las fuentes, que, en realidad es una sucesión de 16 pequeñas cascadas. Muy cerca se encuentra el Templo del Sol, una torre que posee la mejor construcción de albañilería de toda la ciudad. El edificio adyacente era la residencia de alguna persona importante, conocido como Palacio de la Princesa.

Junto al Templo del Sol, hay una casa que ha sido restaurada, se le suele llamar Casa del Cuidador de la Fuente. Las estructuras que se encuentran directamente enfrente del Templo del Sol, han sido clasificadas como el Sector Real.

En la parte más alta de las terrazas se erige solitaria una choza, un especial para obtener una vista general del complejo. A unos pocos metros hay una piedra tallada d eforma curiosa, conocida como la Roca Funeraria.

Con la ayuda del guía, en la parte superior de la ciudad, uno puede descubrir: el Templo de las Tres ventanas, el Templo Principal y la Sacristía. Luego ascendiendo un montículo se llega al más importante de los santuarios, el Intihuana (reloj solar), escultura de belleza única que escapo de la destrucción originada por la exigencia de los españoles de que abandonaran sus creencias religiosas.

El itinerario culmina debajo del único arbusto de la gran plaza, facil de encontrar en cualquier postal del Machu Picchu. Sin embargo, los aventureros más resistentes, ascienden al Huayna Picchu, el pico de granito que se encuentra al norte de la ciudad. Es un empinado camino inca original, por el que hay que andar con precaución. Después de una hora y de haber pasado por terrazas jardines, se llega a la cima desde donde se contempla una vista espectacular.



Un camino que parte del extremo norte de Machu Picchu atraviesa la estrecha lengua de tierra que conecta las montañas Machu y Huayna Picchu. Luego el camino se bifurca. El ramal derecho asciende a la cima. Su construcción debió ser ardua y en extremo peligrosa: Es un camino muy empinado, estrecho, que incluye varios tramos con escalinatas talladas en la roca viva al borde mismo en la pared vertical de roca. Al final, y coronando el Huayna Picchu hay algunas construcciones menores, incluyendo una portada y una piedra labrada grande a modo de trono que se conoce como "Silla del inca". Pero lo más interesante aquí es la vista que se tiene de los restos arqueológicos del Machu Piccu y del Urubamba al fondo del Cañón, cuyas aguas turbulentas se oyen tronar aún en un sitio tan elevado. El nevado Salcantay (sacralizado por los incas) es visible desde aquí como lo es también la curiosa alineación que existe entre el Huayna Picchu, la cumbre del Machu Picchu y el mencionado nevado que según Johann Renihard es una de las principales razones por las que Machu Picchu fue importante en tiempos de Pachacútec (1438-1572).
Como dato adicional para aquéllos que deseen llegar la cima, las autoridades locales sólo permiten el ascenso de un máximo de 200 personas en la mañana y 200 personas más en la tarde. Esto obedece al hecho de que el sendero de ascenso y la cima no albergan físicamente a más visitantes. El ascenso toma, para una persona promedio, entre 45 a 60 minutos.